domingo, 22 de mayo de 2011

La perra es grande, pero ingenua. Y el gato chico, pero astuto.
El problema es que el gato puede creerse totalmente vivo, pero es aún más ingenuo que la perra, al creer que puede resultar algo bueno de su relación. Y el dilema aparece en lo siguiente: ¿llega a ser mayor el nivel de ingenuidad de la perra?, ¿llega a superar al gato en inocencia e inmadurez mental?. El felino puede exponerse a la posibilidad de algún tipo de sufrimiento provocado por la perra, al ser mayor en edad y tamaño. Pero puede confiarse, que no sepa controlar su propio envase por no estar preparado mentalmente para hacerlo correctamente. Y eso, puede ser bueno, o malo. Y el gato dispone de la inteligencia suficiente como para decidir si entregarse a la chance de salir lastimado como también a una chance de mejorar, y que la relación que puedan crear ayude y/o cree algún tipo de alegría para él. El egoísmo al pensar en beneficios que puedan obtener, o simplemente ego que resulte de las virtudes que pueden ser mayoría de tamaño/edad e inteligencia. Y en caso de que la perra se equivocara, y el cambio fuera para mal, ella no lo haría con malas intenciones, sino que no sabría que hacer al respecto, ni cómo se llegó a una situación semejante. Entonces. Se puede decir que la perra, tiene más posibilidad de salir ganando, por el solo hecho de disponer más experiencia que la que el gato podría llegar a alcanzar, porque ganó tiempo al existir hace más años, meses, días, horas, minutos o segundos. Por más pequeña que haya sido esa fracción de tiempo, siempre va a ser mayor que la del gato. (Él, no debería exponerse entonces a ningún tipo de posibilidad de daño). Pero la contradicción natural de un animal (también presente en gran parte en el comportamiento humano) es el rastro de naturalidad más claro que puede expresar. La existencia de sadismo, morbo, valentía, egoísmo, ceguera, competición y atracción, puede llegar a la autodestrucción de ambos, por el solo hecho de la presencia también, de curiosidad. Y una de las contradicciones más interesantes y obvias (siempre y cuando uno pueda analizar todo desde un punto de vista claro y humano), es que a pesar de todo esto que pueda pasar, el gato, o la perra, van a decidir arriesgarse. (el dulce sabor de lo imposible, o de lo posible contrariado, puede ser una de las cosas más deseadas, y el sadismo el toque placentero de violencia que puedan necesitar).
nunca vas a tener lo que desees, pero vas a desear miles de cosas más al imponerse el reto, que son cosas que sí vas a obtener, y así cada respiración un reto y una lucha por una sonrisa, o algunas endorfinas.

jueves, 19 de mayo de 2011

Si mi mierda tanto te gusta, Mierda, no critiques mis dedos.
Si mi mierda tanto te gusta, Mierda, no te quejes, y sonreí siempre, si lo hacés, ES POR MI CULPA.
Ojalá te cruces con algún loco homicida en la carnicería, pero que no te haga daño, no. Que te de consejos para la vida.
Entre dos kilos de cuadril mezcle saliva, y algunos pesos. Muchos gritos y chusmeríos de señoras que, según dicen "no pueden creer que este chico esté así, hace dos años no sabía andar en bici, y hasta con rueditas se tambaleaba, porque el muy vivo se mandaba de frente al barro".
Quizás tomes los consejos, el ego puede cegar, pero la idiotez quizás te de un atisbo de realidad, y recapacites. El deseo de un loco de ayudar.
"Dale, pelotudo, que vos podés, no la cagues más, porque atornillado a alguna pared vas a terminar." Diría y podría repetir, noches, días, no menosprecies mierda, muchas veces no es así como la llamarías.
No vuelvas ego a la Música, no vuelvas ego a vivir. Repito, si no te atornillan o te masacran en alguna piecita, alguien puede alegrarse viendo el humo salir del agujero de tu cabecita, cuando la bala te atraviese, y al segundo tiro, tu cara de nada, (la misma que podrías aplicar a miles de situaciones) sería una de las fotografías más interesantes de mi vida. Tanto, que la captaría y la clavaría con uno de los clavitos que no tenga que usar para tu carita.