viernes, 9 de julio de 2010

LA CARTA DEL POEMA PRÓXIMO AL SUICIDIO

Aquella que dentro un desahogo llevaba y aquel que con tristes palabras decía:
Me despido de todo aquello a lo que podría llamar vida.
Despídanse de todo aquello a lo que podrían llamar ser humano
feliz, con vida plena.
Me despido del mar y de todo lo demás.
Despídanse de las palabras de un ser humano poco ser humano,
que no le sentía gusto a la sal, que no le sentía gusto a la miel.
Me despido de los intentos de probar una gota de vino,
(del vino más dulce), y de tratar de correr en el agua.
porque todos sabemos la fuerza que hay que tener para correr por la vida
y lo fácil que es salir de ella.
traguemos tierra y enjuaguémonos la boca con un vaso de coñac,
no dejemos que la tierra nos trague a nosotros, sin no poder antes
tantear el sol, ni tirarnos desde el techo, sabiendo que abajo nos espera lava.
y si esto fuera sólo para sentirnos vivos, nuestra obligación sería morir.
(porque deberíamos hacerlo).


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